RICARDO ANTONIO CONTRERAS CHICAS
“Estimada es a los ojos de Dios, la muerte de los Santos” Salmo 116:15
Eternamente en la memoria y en el corazón de su esposa: Daysi de Contreras; Sus hijos: Morena Contreras, David Contreras, Xenia de Contreras, Eugenia Contreras (Q.E.P.D.); Sus nietos: Mauricio Navarro, Jonathan Navarro, Daysi Navarro, Mariella Portillo, Ricardo José Contreras, Kenneth Contreras, Ethan Contreras, Rhodolfo Rivera, Melissa Rivera, Karen Rivera, Valeria García; y bisnietos: Fernanda Navarro y Juan Daniel Navarro.
Si yo tuviera la oportunidad de ser alguien más, elegiría sin dudarlo ser usted. Ha partido al cielo alguien especial. No es un hombre más, ni tampoco un número más en la cifra, es, en resumen, el hombre más importante de esta familia, y la persona más trascendente de todos los que lo que conocimos.
Quienes lo conocieron de niño, saben que Dios le dio dos alas para volar a aquel que le pedía a Santa Claus un tren para jugar; y que ni haber iniciado de curioso descalzo en un taller de aeronaves, le impidió llegar tan lejos como quiso, incluso a surcar los cielos.
Una familia que le debe lo que somos, que agradece haberlo tenido para poder seguir sus huellas. Unos amigos que guardarán para siempre en su corazón, haber conocido al hombre más bueno y noble que Dios pudo ponerles enfrente con silueta de milagro. Ricardo Contreras trabajó y se superó, por mucho, como el mejor. No solo por él, sino que por su familia y también por su comunidad, quienes están altamente agradecidos por su disposición de ayuda, sin importar condición. Un capitalino de nacimiento, pero usuluteco de corazón.
Si hubieran más Ricardo Contreras en este mundo, la vida fuera tan sencilla, que ya no haría falta ir al cielo para sentirse en el paraíso. Su carisma rompió fronteras y ni las barreras del idioma impidieron que sus enseñanzas se impregnaran en la mente de los demás.
No hubo propósito que no cumpliera. Y timoneando su vida, como lo hacían en el cielo sus aviones, nos condujo a todos a una vida que sin él solo hubiera sido un sueño.
Desde aquí lloraremos no poder seguir compartiendo sus risas, sus bromas, sus consejos, sus charlas fantásticas, su cariño, su manera tan simple, descomplicada y entregada de vivir. Porque usted nos mostró, que hacer el bien puede ser un estilo de vida, que te asegura una vida repleta de amor.
“Hasta a la piedra que solo es una piedra, debes respetarla y tratarla con amor”. Una enseñanza simple, pero que encierra todo un estilo de vida.
Quienes lo conocieron, sé que al leer esto sentirán todo el pesar que nosotros por su partida, y podrán dar testimonio que no miento al decir que este mundo pierde un poco de su brillo con su fallecimiento, porque él fue un hombre que con su fe en Dios y en sí mismo, llevó a todo al que lo conoció a un lugar mejor… y quienes no lo conocen, tienen que saber que partió al cielo un hombre que en este mundo marcó la diferencia y dejó un legado para nunca olvidar.
Siempre supimos que le quedaba un vuelo más. Así que ahora, vuele hasta el cielo papi, que un hombre como usted, Dios lo está esperando orgulloso…. Hasta pronto… Vuele tan alto, que ahora solo el cielo es su destino.